martes, 17 de febrero de 2015

Síndrome de la cintilla iliotibial

FISIOTERAPIA Y OSTEOPATÍA EN LA RODILLA DEL CORREDOR: Síndrome de la cintilla iliotibial


Hoy hablaremos de una lesión típica en los corredores: el Síndrome de Fricción de la Banda Iliotibilal o Cintilla Iliotibial, y que por ello se denomina también como la Rodilla del Corredor.

¿Qué es el Síndrome de la cintilla iliotibial?

Se caracteriza por dolor en la zona lateral de la rodilla y se produce por la irritación de dicha región provocada por el deslizamiento repetido entre el tendón de la banda iliotibial y el epicóndilo externo del fémur.

Es una lesión muy común en atletas de fondo, muy limitante por su incapacidad de rodar prolongándose en el tiempo.


Suele comenzar de forma gradual, limitando el tiempo de carrera. El dolor aparece normalmente a partir de unos diez o quince minutos y empeora al ir avanzando el tiempo. Suele empeorar cuesta abajo y a ritmos bajos, porque el roce es mayor y hay más tiempo de contacto entre cintilla y epicóndilo femoral.



Hay factores que favorecen esta lesión:

  • Una pisada incorrecta, sobre todo, la pisada pronadora.
  • Dismetría de miembros inferiores.
  • Desequilibrios musculares: acortamientos de los flexores de cadera o tensor de la fascia lata, o bien por debilidad de los abductores y glúteos.


Diagnóstico:

En la exploración el paciente refiere dolor a la palpación sobre el epicóndilo lateral del fémur. Generalmente encontramos puntos gatillo activos a lo largo de la fascia lata y puede apreciarse cierta rigidez de la misma.

Debemos descartar en el diagnóstico otras lesiones: patología de menisco externo, derrames, condropatía, tendinopatía del bíceps femoral, etc.

Las pruebas de imagen no son fundamentales. Sí es importante que si en la primera exploración fisioterápica se observa una posible dismetría de miembros se pida al paciente recurrir a su médico y solicitar una telemetría de miembros inferiores en bipedestación; con esta prueba podremos valorar y cuantificar dicha dismetría. En casos de diagnóstico dudoso sí ya se deben solicitar otras pruebas como radiografías en carga, ecografía o resonancia magnética.


Tratamiento con FISIOTERAPIA Y OSTEOPATÍA:

El tratamiento es muy efectivo si se inicia pronto y debe prolongarse hasta la desaparición total de las molestias. El paciente debe suspender los rodajes largos y con cuestas abajo y deberá hacer un buen trabajo de musculación. Tampoco es recomendable el entrenamiento con elíptica, bicicleta o natación porque la rodilla realiza un gesto parecido y también molesta. También es importante revisar la pisada y valorar la necesidad de utilizar plantillas para corregir la pronación y la dismetría si es que existen.

La crioterapia (frío local) es muy importante. La fisioterapia debe enfocarse a descargar y estirar la fascia lata y sus músculos relacionados, el tensor, el vasto externo y el glúteo medio. También se realizará punción seca de los puntos gatillo.

A nivel osteopático, es importante ver las adaptaciones debido al desequilibrio muscular, mala pisada y posibles dismetrías. Por ejemplo, en una pierna corta es habitual encontrar un ilíaco anterior (rota anteriormente para alargar), aunque si hubo esguinces antiguos también podrá estar rotado posteriormente (ver artículo publicado anteriormente sobre los esguinces de tobillo), además de la adaptación de pie plano por el mecanismo propio del esguince (caen los huesos escafoides-cuboides). Normalizar dichas fijaciones o adaptaciones favorecerá a normalizar el tono muscular y por tanto quitaremos tensiones.

El corredor debe potenciar la musculatura abductora de cadera, especialmente glúteo medio y tensor de la fascia lata (para estabilizar ya que generalmente encontraremos dicho grupo muscular débil).
La vuelta a la carrera debe ser gradual, mejor con entrenamientos en llano al principio, siendo lo último en conseguirse los rodajes largos y el entrenamiento por terrenos con subidas y bajadas.
La gran mayoría de los pacientes evolucionan bien si se tienen en cuenta todas estas medidas.

En la Clínica de Fisioterapia y Osteopatía P.Mora siempre vamos a ofrecerte un tratamiento personalizado y adaptado a tu lesión. No dude en contactar con nosotros.

lunes, 12 de enero de 2015

Esguinces de tobillo

EL ABORDAJE DE LOS ESGUINCES DE TOBILLO CON FISIOTERAPIA Y OSTEOPATÍA

Antes de nada, aclaremos qué es exactamente un esguince: según el grado es una distensión, ruptura parcial o total del ligamento que se produce por un movimiento forzado, con puesta en carga en el que hay una flexión plantar e inversión (movimiento del tobillo hacia abajo y hacia el interior).

Los ligamentos sirven como estabilizadores de una articulación.

El 85% de los esguinces de tobillo se corresponden al ligamento lateral externo y generalmente, al fascículo anterior: el ligamento peroneoastragalino.





Los esguinces se pueden clasificar según el grado:


Primer grado:
Se produce una pequeña distensión ligamentosa, con posibilidad de ruptura de alguna fibra. Poco dolor, sin hematoma (o hematoma escaso) y sin inestabilidad objetivable.

Segundo grado:
Apreciamos rupturas parciales del ligamento. Solemos observar equimosis y hematoma, con dolor localizado en la zona externa y cierto grado de inestabilidad al caminar o al estar de pie. Los signos inflamatorios son moderados.

Tercer grado:
Se produce la ruptura completa del ligamento y hay una inestabilidad importante de la articulación. La inflamación y el dolor son considerables.

¿Qué sucede exactamente en un esguince de tobillo?

Como ya hemos comentado antes, primeramente se produce un movimiento de mayor o menor violencia de inversión forzada. Los ligamentos externos son estirados (distendidos) progresivamente siendo la resistencia de éste sobrepasada; si la distensión y el desplazamiento prosiguen, entonces se podrá desgarrar de forma parcial o total. Ocasionalmente, se puede incluso arrancar un pequeño segmento óseo de la zona de inserción, a nivel del maléolo peroneal (que detectaremos con una radiografía).

Desde un punto de vista biomecánico, el astrágalo (el primer hueso del tobillo) se ve arrastrado a rotación interna en relación al talón (cae hacia el interior), y como consecuencia se produce un esguince de los ligamentos tibioperoneos inferiores.

Este desplazamiento obliga al siguiente hueso, el escafoides, a desplazarse en posición baja y a su vez éste arrastra al cuboides (que forman juntos el arco del pie) y realiza un giro, hundiéndose en el centro y favoreciendo el pie plano.

Por otro lado, el ligamento lateral externo produce una tracción que va a obligar a la extremidad inferior del peroné a desplazarse hacia delante y su extremidad superior quedará fijada hacia atrás. En condiciones normales el peroné se mueve armoniosamente de forma global hacia delante o hacia atrás (no la porción superior hacia atrás y la inferior hacia delante).

Por otra parte, el cuerpo “siente” que hay una pierna corta porque el pie plano provoca un acortamiento del miembro, con lo que será aumentada la puesta en tensión de los isquiotibiales. Si esta tensión se mantiene en el tiempo estos últimos provocarán una tracción hacia atrás del iliaco (iliaco posterior).



El dolor en un esguince generalmente viene dado por el bloqueo de las cápsulas sinoviales entre las articulaciones, más que por el propio desgarro en sí de los ligamentos.

¿Cómo tratamos un esguince de tobillo?

Cuando ya tenemos el diagnóstico clínico realizado podemos comenzar el tratamiento, que irá encaminado a evitar la inestabilidad de tobillo (el riesgo de sufrir un esguince de nuevo es mayor en los 12 meses siguientes, de ahí la importancia del tratamiento curativo y preventivo en este periodo de tiempo).

El tratamiento con fisioterapia y osteopatía deberá comenzarse de inmediato, en las primeras 24-48 horas, ya que este primer momento es de vital importancia para evitar complicaciones posteriores. Lo más importante es eliminar los bloqueos articulares.

El tratamiento básico en fase aguda consiste en:

  • Hielo: es importante, ya que limita la movilidad y hay peligro de estasis sanguíneo.
  • Reposo: Es muy importante para eliminar toda carga adicional sobre el tobillo.
  • Compresión: La colocación de un correcto vendaje hará que el paciente no fuerce sobre el ligamento dañado y servirá para eliminar la inflamación localizada y también estabilizar la articulación.
  • Elevación: Evitará mayor inflamación y descarga tensión en el tobillo.

En la fase subaguda y posteriormente:

A nivel de fisioterapia primeramente trabajaremos sobre los síntomas de inflamación y equimosis.
Cuando el ligamento ya esté cicatrizado comenzaremos a trabajar sobre la cicatriz y así conseguiremos un efecto analgésico y otro mecánico ya que trabajaremos la reordenación de fibras de colágeno evitaremos la formación de adherencias.

Se trabajará la musculatura periférica del tobillo, sobre todo los músculos implicados en la eversión (tibial anterior, músculos peroneos y extensor largo de los dedos).

A nivel osteopático, será imprescindible la MANIPULACIÓN OSTEOPÁTICA del pie y de toda la cadena lesional en el caso de encontrar restricciones de movilidad. Se manipula el tobillo: articulación de la tibia, talón y arco del pie (par escafoides-cuboides), la cabeza del peroné posterior, la pelvis (iliaco en rotación posterior) y L2 y más alto si fuese necesario. Así restauraremos el equilibrio articular.

El tratamiento osteopatico será por tanto muy importante puesto que si no se realiza, con el tiempo la cadena lesional permanecerá y provocará adaptaciones y futuras lesiones a otros niveles.

Finalmente, cuando el ligamento ya haya cicatrizado completamente comenzaremos a trabajar la propiocepción.

La propiocepción es la cualidad que nos permite apreciar nuestra posición, nuestro equilibrio y sus cambios en el sistema muscular. Nuestro sistema nervioso es quien controla de forma automática la situación de nuestras piernas y pies y va ajustando los cambios necesarios para mantener el equilibrio.

Realizaremos ejercicios de propiocepción en apoyo unipodal (con ojos abiertos y cerrados) y sobre plataforma inestable. Además, algo tan simple como subir y bajar escaleras o cuestas y andar sobre terreno inestable puede ayudarnos a trabajar la movilidad, musculatura y propiocepción del tobillo.
Haremos uso de vendajes funcionales si es necesario hasta que consideremos que el ligamento está recuperado y haya una total estabilidad articular.

Uno de los grandes errores que se comenten habitualmente aunque afortunadamente ya con menos frecuencia, es la inmovilización completa del tobillo (escayola); esto impedirá el trabajo directo para el tratamiento de los síntomas y acentuará más la cadena lesional que se produce biomecánicamente y que ya hemos explicado; además limitará mucho más al paciente y como consecuencia alargará el período de baja.

En la Clínica deFisioterapia y Osteopatía P.Mora siempre vamos a ofrecerte un tratamiento personalizado y adaptado a tu lesión, tanto si es un esguince reciente, uno antiguo no tratado o si sufres de esguinces de repetición.

lunes, 15 de diciembre de 2014

¿QUÉ SON LOS PUNTOS GATILLO?

Se trata de zonas muy localizadas en tejidos musculares o en sus inserciones tendinosas, las cuales se palpan en forma de nódulos en una especie de bandas duras y son hipersensibles a la palpación. Un punto gatillo (PG) es una región muy circunscrita en la que solo se contraen relativamente pocas unidades motoras (mioespasmo).

Todas las personas tienen puntos gatillo



En cada músculo, en cada inserción tendinosa encontraremos dichas bandas duras que a la palpación serán dolorosas para el paciente. Si esa zona solo es sensible a la palpación estaremos ante un PG latente. Sin embargo, cuando este punto cause dolores referidos a otras zonas distintas del origen real del dolor (el punto gatillo como tal) hablaremos de PG activos. En muchos casos los pacientes pueden tener conciencia solo del dolor referido y no identificar en absoluto los puntos gatillos que son el origen real del dolor.

Dicho dolor referido a menudo provocará disfunciones motoras: sobrecarga muscular, rigidez y restricción de la movilidad por una posición de acortamiento del músculo.

Los PG pueden activarse por sobrecarga, esfuerzos, fatiga, trauma directo y enfriamiento; incluso también se pueden activar indirectamente por otros puntos gatillos ya activos previamente, enfermedades viscerales, articulaciones artríticas y tensión emocional.

TRATAMIENTO DE LOS PG

El tratamiento de los puntos gatillo podrá ser conservador o invasivo.


El tratamiento conservador se basa principalmente en la liberación por presión del PG: se aplica una presión suave  hasta que siente un incremento definido de la resistencia del tejido; el paciente puede sentir cierta molestia pero no debe sentir dolor; se mantiene así la presión hasta sentir una disminución de la tensión bajo el dedo palpatorio. En ese momento el dedo aumenta la presión nuevamente hasta alcanzar una nueva barrera de tensión.

Dicho proceso se repetirá varias veces.

El tratamiento invasivo aborda el PG a través de la punción seca, por la cual se introduce una aguja de acupuntura en el cuerpo sin introducir sustancia alguna. Consiste en la entrada y salida rápida al PG, produciendo una Respuesta de Espasmo Local (REL), es decir, un pequeña contracción involuntaria local del músculo. Esta maniobra se repite hasta que se elimina el REL.

Es muy importante después de cada tratamiento bien sea conservador o invasivo, el estiramiento muscular (streching) y la aplicación de frío.

Existen otras técnicas de tratamiento para tratar los PG: masaje transverso profundo (ciryax), ultrasonidos, técnicas indirectas de osteopatía, etc.

A continuación os dejo el enlace de un vídeo en inglés que he encontrado y que os explicará de forma muy visual y clara la definición de los PG o trigger points (inglés). También os explica cómo autotratarlos de forma conservadora con una pequeña pelota. Espero que os guste.


En Fisioterapia y Osteopatía P.MORA utilizamos esta técnica entre otras muchas para sus dolencias. No dude en contactar con nosotros en www.pmorafisioterapia.com

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Pilates Suelo en Colmenar Viejo de la mano de Fisioterapia Paloma Mora

El método Pilates es hoy en día uno de los entrenamientos físicos más completos que podemos encontrar, ya que suobjetivo principal se basa en mejorar la postura general del cuerpo y equilibrar los músculos que rodean la región lumbo-pélvica: los abdominales y el suelo pélvico. Estos músculos son muy importantes ya que participan en la estabilidad del cuerpo, en la sujeción de las vísceras y en la continencia urinaria.



Este método es muy beneficioso puesto que en cada ejercicio se trabaja simultáneamente el fortalecimiento y el estiramiento muscular; por tanto, es un ejercicio que requiere precisión y mucho control. Por esta razón es importante que si practicas Pilates las clases estén supervisadas constantemente por profesores cualificados que tengan en cuenta también la musculatura del suelo pélvico.

El trabajo con pilates se utiliza también por muchos fisioterapeutas como técnica de tratamiento para problemas relacionados con la columna, rodilla, cadera… pero siempre tras una valoración y un diagnóstico previos creando así un programa individualizado, específico para la patología concreta del paciente.

Por eso es recomendable trabajar en grupos de no más de 5 personas ya que el fisioterapeuta controlará mucho mejor ese trabajo realizado por la persona. En caso de trabajar en grupo, habrá ejercicios que puedan realizar todos los asistentes y habrá otros que se harán de forma individual, recomendados por el profesional, de acuerdo a la valoración previa.

En nuestro centro será atendido por fisioterapeutas especialistas en este método dando la posibilidad de trabajar con PILATES SUELO de forma INDIVIDUAL o EN GRUPOS REDUCIDOS (4 personas max). No dude en consultar con nosotros. 

Más info

jueves, 16 de octubre de 2014

Métodos de Cadenas musculares y articulares GDS

¿Qué es y en qué consiste el método de cadenas musculares y articulares GDS?


El método de cadenas musculares y articulares G.D.S. recibe el nombre por Godelieve Denys-Struyf (GDS), fundadora del método en los años 1960-1970. Es un método global de fisioterapia en el que se enfocan comportamiento, prevención, tratamiento y mantenimiento, basado en la comprensión del “terreno predispuesto”. Terreno predispuesto se refiere a las características que presenta una persona, tanto corporales, biomecánicas y comportamentales, que le van a condicionar su conducta gestual y puede predisponer a la persona a padecer cierto tipo de dolencias y patologías: dolores de hombro, pubálgias, gonálgias, incontinencia urinaria biomecánica, etc.

Godelieve describió seis cadenas musculares que trabajan en el equilibrio global del cuerpo. No actúan de forma independiente sino que se complementan entre ellas. Cada cadena muscular está por tanto, implicada en determinadas funciones y actividades importantes para el equilibrio corporal:

La cadena antero-mediana (AM) se ocupa de las bases corporales (pelvis, pie y tórax). La cadena postero-mediana (PM) se encarga principalmente de mantener el cuerpo erguido en bipedestación. La cadena postero-anterior (PA) está constituida por la musculatura que realiza la elongación axial de la columna frente a la gravedad, el control postural del tronco...y así cada una de las cadenas.

Estas cadenas musculares, se asientan en las cadenas articulares y las vinculan. GDS describe 5 cadenas articulares: la cadena articular del tronco, la de los miembros superiores y la de los miembros inferiores. Una cadena articular es un conjunto de articulaciones dependientes unas de otras en sus desplazamientos.

Cuando las cadenas musculares presentan un exceso de tensión, bloquearán la adaptabilidad fisiológica del cuerpo. Por tanto, la estrategia de tratamiento general va a ser la reequilibración de dichas cadenas entre ellas.

GDS realiza un análisis de la postura, ya que estudiando ésta y sus limitaciones, podemos ver el movimiento que tenderá a realizar una persona.


En cada sesión de GDS, el paciente recibe un tratamiento manual enfocado a la normalización de las tensiones y a la identificación propioceptiva y exteroceptiva de posturas más estables. Este tratamiento es específico para cada paciente, teniéndo en cuenta cual es la cadena causal  y la tipología personal.


  • A continuación explicamos brevemente cómo es cada cadena a nivel comportamental:
  • La cadena PM  al propulsar el cuerpo hacia delante está asociada a personas impulsivas, competitivas y con necesidad de acción.
  • La cadena AM enrolla el cuerpo hacia delante y está asociada a la AFECTIVIDAD. Biomecánicamente se puede asociar con problemas de incontinecia urinaria.
  • Las cadenas PA y AP, ambas trabajan conjuntamente para ritmar la respiración, interviniendo PA en la inspiración y AP en la espiración.
  • La cadena PL separa y rota externamente las extremidades y está asociada a una personas extrovertidas.
  • La cadena AL aproxima, flexiona y rota internamente las extremidades y está asociada a personas introvertidas, tímidas.


En FISIOTERAPIA Y RECUPERACION FUNCIONAL P.MORA en Colmenar Viejo contamos con profesionales que trabajarán con este método siempre que sea necesario. No dude en contactar con nosotros para cualquier consulta. www.pmorafisioterapia.com

jueves, 18 de septiembre de 2014

Conferencia Qué es y cómo tratar el linfedema y curso "ACTIVIDAD FÍSICA Y ESTIRAMIENTOS CORPORALES enfocado a la recuperación física tras un cáncer de mama"

Hola a todos,

Os dejo la información sobre la conferencia que vamos a impartir en Espacios 1000usos  sobre "Qué es y cómo tratar el linfedema" y del curso "ACTIVIDAD FÍSICA Y ESTIRAMIENTOS CORPORALES enfocado a la recuperación física tras un cáncer de mama", impartido por Blanca Pedroche y que comenzará a partir del 29 de septiembre de 2014.


miércoles, 30 de julio de 2014

FISIOTERAPIA EN LAS CICATRICES

Tratamiento de cicatrices con fisioterapia. Solución de problemas funcionales.


Hola a todos,
Terminamos el mes hablando sobre el abordaje de las cicatrices desde la fisioterapia; son muchas las personas que no saben que las cicatrices pueden tratarse, sobre todo esas cicatrices “feas” que vemos muchas veces en la gente. Además de ese aspecto desagradable que nos pueden causar a nivel estético, más que nada debemos tratarlas por los problemas funcionales que nos puedan causar en un futuro.
Os voy a hablar de algunos casos que me encuentro día a día en mi consulta comparándolos con ejemplos muy cotidianos en nuestra vida diaria que harán que lo comprendáis mucho mejor.

Cicatrices queloides o cicatrices hipertróficas

Cicatriz de Mastectomía
Cicatriz de Mastectomía
Antes de nada, quiero explicar el por qué de esas cicatrices “feas”; éstas pueden ser queloides o cicatrices hipertróficas. Son lesiones de la piel formadas por crecimientos exagerados del tejido cicatricial en el sitio de una lesión cutánea que puede ser producida por incisiones quirúrgicas, heridas traumáticas, sitios de vacunación, quemaduras, varicela, acné, radiación, piercings o incluso pequeñas lesiones o raspaduras. La diferencia entre el queloide y la cicatriz hipertrófica es el fallo en la fase de remodelación que existe en el queloide. Mientras que en las cicatrices hipertróficas las fibras están orientadas un tanto paralelas al eje longitudinal de la herida, en los queloides se orientan completamente de manera casual, con la presencia de bultos de colágeno. Es por ello que  al contrario de las cicatrices hipertróficas, la mayoría de los queloides no se aplanan ni se hacen menos visibles con los años. La queloides se extiende en superficie, mientras que la cicatriz hipertrófica se extienden en grosor, sin superar los límites de la lesión originaria.

¿Qué problemas funcionales pueden causar estas cicatrices? ¿Cómo las tratamos con fisioterapia?

Imaginemos una camiseta que nos queda estrecha y nos tira de la sisa (de la axila), y queremos disimular esa tirantez, ¿qué hacemos? Llevamos ligeramente el hombro de donde nos tira hacia delante y esa arruga desaparece en gran medida.

Esto es lo que sucede exactamente con las cicatrices por mastectomías: desgraciadamente los médicos han de quitar la mama o los ganglios afectados y se olvidan de esa horrible cicatriz que dejará a esa mujer marcada para siempre, no solo psicológicamente sino que también lo hará  funcionalmente: las pacientes asisten a menudo a consulta con limitaciones de hombro exageradas y el dolor correspondiente, por ese pectoral acortado y “pegado” para que la cicatriz no tire.


Cicatriz de mastectomía Cicatriz de mastectomía
 Cicatrices causadas por una mastectomía


Ahora imaginemos que alguien tira fuertemente de la camiseta a nivel del abdomen. Flexionaríamos ligeramente el tronco para que no se desgarrase o rompiese.

Inconscientemente a nivel postural nuestro cuerpo haría lo mismo si tuviésemos una queloide por una cirugía abdominal: por una cesárea o por una peritonitis…: el tejido subcutáneo, debido a la proliferación celular que tiene y por el colágeno se adhiere a la siguiente capa, la fascia y a continuación la víscera. Eso repercutirá a muchos niveles: asas intestinales pegadas a la cicatriz de la cesárea o de la peritonitis que provocarán dolores a esa persona cuando las heces intenten pasar por ese tramo, estreñimiento, dolores menstruales por adherencias a nivel de útero y ovarios, lumbalgias, etc.

Cicatriz tras una cesárea
Cicatriz causada tras una cesárea

Cicatriz de histerectomia
Cicatriz producida por una Cicatriz de histerectomia

Por la extirpación del bazo, un paciente que vino a consulta sentía “pinchazos” cuando hacía la extensión de tronco.

Cicatriz por extirparción del bazo
Cicatriz producida por la extirpación del bazo

Otro caso que tuve fue el de una escoliosis asociada a las cicatrices por la extirpación de un riñón. Imaginemos que tiramos de la camiseta a nivel lateral: el cuerpo rotará y se flexionará lateralmente para que no tire. En este caso, la queloide hizo que poco a poco esa persona se fuese “encogiendo” hacia ese lado, provocando la rotación y lateroflexión que tienen lugar en las escoliosis, además de los importantes dolores dorsolumbares que refería.

Cicatriz tras extirpación de riñón
Cicatrices tras intervención de riñón

Y en el último caso que he encontrado recientemente, la queloides por la extirpación de un melanoma a nivel de la cara interna del muslo, el paciente refería importantes molestias al flexionar y extender la rodilla; como en todos los casos, se debía al mal deslizamiento de la fascia correspondiente, a pesar de que el médico asegurase que el melanoma solo afectaba a tejido subcutáneo.

Cicatriz extirpación de un melanoma
Cicatriz producida por la extirpación de un melanoma
Lo más curioso de todo es que la mayoría de cirujanos apenas mencionan a los pacientes nada para el tratamiento de la cicatriz; únicamente recomiendan la aplicación de rosa mosqueta u otras cremas o aceites similares; sin embargo esto solo ayuda a nivel estético; a nivel interno las adherencias siguen existiendo.

¿Cuál es el momento idóneo para tratar una cicatriz mediante fisioterapia?

Lo ideal es empezar a los 7-10 días desde que quiten los puntos o grapas; de esta forma evitaremos que se haga una queloide. Se tratará a nivel externo, la cicatriz como tal y los tejidos subyacentes. Utilizaremos ventosas, ganchos, ultrasonidos, láser,… y trataremos con un masaje específico para las cicatrices.

Por supuesto, decir también que en todas las cirugías abdominales, en las que se vea involucrada cualquier víscera no solo trataremos esa cicatriz como tal, sino que también lo haremos a nivel visceral mediante terapia manual u osteopatía, con técnicas especialmente diseñadas para movilizar la víscera afectada y las adherencias que se producen tras la cirugía. Esto lo haremos a partir del segundo o tercer mes, dependiendo del caso.

No obstante, cicatrices antiguas que no hayan sido tratadas en su momento serán tenidas en cuenta cuando el paciente asista a consulta con cualquier dolencia y se valorará su posible tratamiento en ese momento.

Para terminar, no quiero olvidarme de un último caso, un “simple” esguince de tobillo en el que el ligamento que se ha roto parcialmente o se ha distendido. Muchas veces el paciente no le da importancia, no hace el reposo correcto y no acude al fisioterapeuta. Y como cualquier otro tejido, el ligamento ha de cicatrizar y posteriormente tratarlo. Comparemos esto con el típico zurzido de un calcetín… ¿os imaginais ese zurzido en un ligamento? Realmente es así. Si esa fibrosis no se trata a tiempo podrá causar molestias a ese nivel y esguinces recidivantes (repetidos).

Otras veces el paciente piensa “me voy al osteópata y que me lo coloque” y no sabe que por mucho que “coloquemos” (solo actuamos a nivel de la articulación, decoaptando astrágalo respecto a tibia) ese ligamento deberá cicatrizar y necesita su tiempo, siendo imposible curarlo en una sola sesión.
Deseo que este artículo os haya servido a muchos para entender la importancia del tratamiento de las cicatrices y lo que puede acarrear si no se abordan a tiempo.

Para cualquier pregunta o consulta no dudéis en contactar con nosotros en www.pmorafisioterapia.com.

PALOMA MORA
FISIOTERAPEUTA COL.: 2329 - OSTEÓPATA C.O

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