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miércoles, 30 de julio de 2014

FISIOTERAPIA EN LAS CICATRICES

Tratamiento de cicatrices con fisioterapia. Solución de problemas funcionales.


Hola a todos,
Terminamos el mes hablando sobre el abordaje de las cicatrices desde la fisioterapia; son muchas las personas que no saben que las cicatrices pueden tratarse, sobre todo esas cicatrices “feas” que vemos muchas veces en la gente. Además de ese aspecto desagradable que nos pueden causar a nivel estético, más que nada debemos tratarlas por los problemas funcionales que nos puedan causar en un futuro.
Os voy a hablar de algunos casos que me encuentro día a día en mi consulta comparándolos con ejemplos muy cotidianos en nuestra vida diaria que harán que lo comprendáis mucho mejor.

Cicatrices queloides o cicatrices hipertróficas

Cicatriz de Mastectomía
Cicatriz de Mastectomía
Antes de nada, quiero explicar el por qué de esas cicatrices “feas”; éstas pueden ser queloides o cicatrices hipertróficas. Son lesiones de la piel formadas por crecimientos exagerados del tejido cicatricial en el sitio de una lesión cutánea que puede ser producida por incisiones quirúrgicas, heridas traumáticas, sitios de vacunación, quemaduras, varicela, acné, radiación, piercings o incluso pequeñas lesiones o raspaduras. La diferencia entre el queloide y la cicatriz hipertrófica es el fallo en la fase de remodelación que existe en el queloide. Mientras que en las cicatrices hipertróficas las fibras están orientadas un tanto paralelas al eje longitudinal de la herida, en los queloides se orientan completamente de manera casual, con la presencia de bultos de colágeno. Es por ello que  al contrario de las cicatrices hipertróficas, la mayoría de los queloides no se aplanan ni se hacen menos visibles con los años. La queloides se extiende en superficie, mientras que la cicatriz hipertrófica se extienden en grosor, sin superar los límites de la lesión originaria.

¿Qué problemas funcionales pueden causar estas cicatrices? ¿Cómo las tratamos con fisioterapia?

Imaginemos una camiseta que nos queda estrecha y nos tira de la sisa (de la axila), y queremos disimular esa tirantez, ¿qué hacemos? Llevamos ligeramente el hombro de donde nos tira hacia delante y esa arruga desaparece en gran medida.

Esto es lo que sucede exactamente con las cicatrices por mastectomías: desgraciadamente los médicos han de quitar la mama o los ganglios afectados y se olvidan de esa horrible cicatriz que dejará a esa mujer marcada para siempre, no solo psicológicamente sino que también lo hará  funcionalmente: las pacientes asisten a menudo a consulta con limitaciones de hombro exageradas y el dolor correspondiente, por ese pectoral acortado y “pegado” para que la cicatriz no tire.


Cicatriz de mastectomía Cicatriz de mastectomía
 Cicatrices causadas por una mastectomía


Ahora imaginemos que alguien tira fuertemente de la camiseta a nivel del abdomen. Flexionaríamos ligeramente el tronco para que no se desgarrase o rompiese.

Inconscientemente a nivel postural nuestro cuerpo haría lo mismo si tuviésemos una queloide por una cirugía abdominal: por una cesárea o por una peritonitis…: el tejido subcutáneo, debido a la proliferación celular que tiene y por el colágeno se adhiere a la siguiente capa, la fascia y a continuación la víscera. Eso repercutirá a muchos niveles: asas intestinales pegadas a la cicatriz de la cesárea o de la peritonitis que provocarán dolores a esa persona cuando las heces intenten pasar por ese tramo, estreñimiento, dolores menstruales por adherencias a nivel de útero y ovarios, lumbalgias, etc.

Cicatriz tras una cesárea
Cicatriz causada tras una cesárea

Cicatriz de histerectomia
Cicatriz producida por una Cicatriz de histerectomia

Por la extirpación del bazo, un paciente que vino a consulta sentía “pinchazos” cuando hacía la extensión de tronco.

Cicatriz por extirparción del bazo
Cicatriz producida por la extirpación del bazo

Otro caso que tuve fue el de una escoliosis asociada a las cicatrices por la extirpación de un riñón. Imaginemos que tiramos de la camiseta a nivel lateral: el cuerpo rotará y se flexionará lateralmente para que no tire. En este caso, la queloide hizo que poco a poco esa persona se fuese “encogiendo” hacia ese lado, provocando la rotación y lateroflexión que tienen lugar en las escoliosis, además de los importantes dolores dorsolumbares que refería.

Cicatriz tras extirpación de riñón
Cicatrices tras intervención de riñón

Y en el último caso que he encontrado recientemente, la queloides por la extirpación de un melanoma a nivel de la cara interna del muslo, el paciente refería importantes molestias al flexionar y extender la rodilla; como en todos los casos, se debía al mal deslizamiento de la fascia correspondiente, a pesar de que el médico asegurase que el melanoma solo afectaba a tejido subcutáneo.

Cicatriz extirpación de un melanoma
Cicatriz producida por la extirpación de un melanoma
Lo más curioso de todo es que la mayoría de cirujanos apenas mencionan a los pacientes nada para el tratamiento de la cicatriz; únicamente recomiendan la aplicación de rosa mosqueta u otras cremas o aceites similares; sin embargo esto solo ayuda a nivel estético; a nivel interno las adherencias siguen existiendo.

¿Cuál es el momento idóneo para tratar una cicatriz mediante fisioterapia?

Lo ideal es empezar a los 7-10 días desde que quiten los puntos o grapas; de esta forma evitaremos que se haga una queloide. Se tratará a nivel externo, la cicatriz como tal y los tejidos subyacentes. Utilizaremos ventosas, ganchos, ultrasonidos, láser,… y trataremos con un masaje específico para las cicatrices.

Por supuesto, decir también que en todas las cirugías abdominales, en las que se vea involucrada cualquier víscera no solo trataremos esa cicatriz como tal, sino que también lo haremos a nivel visceral mediante terapia manual u osteopatía, con técnicas especialmente diseñadas para movilizar la víscera afectada y las adherencias que se producen tras la cirugía. Esto lo haremos a partir del segundo o tercer mes, dependiendo del caso.

No obstante, cicatrices antiguas que no hayan sido tratadas en su momento serán tenidas en cuenta cuando el paciente asista a consulta con cualquier dolencia y se valorará su posible tratamiento en ese momento.

Para terminar, no quiero olvidarme de un último caso, un “simple” esguince de tobillo en el que el ligamento que se ha roto parcialmente o se ha distendido. Muchas veces el paciente no le da importancia, no hace el reposo correcto y no acude al fisioterapeuta. Y como cualquier otro tejido, el ligamento ha de cicatrizar y posteriormente tratarlo. Comparemos esto con el típico zurzido de un calcetín… ¿os imaginais ese zurzido en un ligamento? Realmente es así. Si esa fibrosis no se trata a tiempo podrá causar molestias a ese nivel y esguinces recidivantes (repetidos).

Otras veces el paciente piensa “me voy al osteópata y que me lo coloque” y no sabe que por mucho que “coloquemos” (solo actuamos a nivel de la articulación, decoaptando astrágalo respecto a tibia) ese ligamento deberá cicatrizar y necesita su tiempo, siendo imposible curarlo en una sola sesión.
Deseo que este artículo os haya servido a muchos para entender la importancia del tratamiento de las cicatrices y lo que puede acarrear si no se abordan a tiempo.

Para cualquier pregunta o consulta no dudéis en contactar con nosotros en www.pmorafisioterapia.com.

PALOMA MORA
FISIOTERAPEUTA COL.: 2329 - OSTEÓPATA C.O

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